El próximo 23 de noviembre los uruguayos elegirán al sucesor del presidente Luis Lacalle Pou. La distancia entre el candidato opositor y el oficialista Álvaro Delgado es menor a 3 puntos porcentuales, abriendo un escenario incierto.
El balotaje presidencial de Uruguay, programado para el 24 de noviembre, promete ser una contienda cerrada entre el opositor Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y el oficialista Álvaro Delgado, del Partido Nacional. Una reciente encuesta muestra que ambos candidatos están separados por apenas tres puntos porcentuales, anticipando una definición ajustada para determinar quién sucederá al presidente saliente Luis Lacalle Pou.
Según el sondeo de Opción Consultores, Orsi, el candidato del Frente Amplio apoyado por el expresidente José «Pepe» Mujica, lidera con el 48,5% de las intenciones de voto. Delgado, exsecretario de la presidencia y candidato del oficialismo, le sigue de cerca con un 45,1%, lo que coloca la competencia dentro del margen de error y deja abierta la posibilidad de un desenlace inesperado.

Yamandu Orsi y Alvaro Delgado
Este estrecho margen refleja la polarización del electorado uruguayo, que deberá optar entre dos visiones distintas, aunque con expectativas moderadas en cuanto a un cambio drástico en la economía. Con un 6% de votantes aún indecisos y otro 6% que planea votar en blanco o anular su voto, el resultado final sigue siendo incierto, sumando mayor suspenso a esta reñida disputa electoral.
La encuesta de Opción Consultores para el balotaje en Uruguay muestra una competencia reñida entre Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y Álvaro Delgado, del Partido Nacional, de cara a la votación del 24 de noviembre. Aunque Orsi cuenta con una ligera ventaja en intención de voto, la fidelización del electorado oficialista ha aumentado en las últimas semanas, respaldada por la alta aprobación del presidente saliente, Luis Lacalle Pou. Este factor podría ser determinante, especialmente porque un 6% de votantes aún se declara indeciso.
El estudio proyecta que la fórmula Orsi-Cosse podría alcanzar un máximo del 50,8% de los votos, mientras que Delgado y su compañera de fórmula, Valeria Ripoll, podrían llegar al 47,4%. Este pequeño margen de diferencia refleja la volatilidad del electorado uruguayo en esta fase final de la campaña.
Orsi lideró la primera vuelta con un 43% de los votos, pero Delgado, con el 26%, cuenta con el respaldo de una coalición más amplia que incluye al Partido Colorado y Cabildo Abierto, lo cual fortalece su posición en el balotaje. Para asegurar la victoria, Orsi deberá captar votos de sectores de centro y derecha, mientras que Delgado se concentrará en consolidar el apoyo de sus aliados y evitar que el Frente Amplio reactive sus bases.

alvaro delgado (candidato del oficialismo)
Ambos candidatos participarán en el único debate televisivo obligatorio de la campaña, una oportunidad crucial para captar el voto indeciso y para que el electorado evalúe las visiones contrastantes de cada candidato sobre el futuro del país. Este encuentro cobra especial relevancia en una elección que, para Uruguay, marca la disyuntiva entre el retorno del Frente Amplio al poder o la continuidad de las políticas de centroderecha de Lacalle Pou.
