Este miércoles el republicano denunció «trampas» a «una escala nunca vista antes» en Pensilvania, uno de los estados clave para decidir quién será el próximo presidente.
A seis días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el expresidente y candidato republicano Donald Trump ha vuelto a denunciar presuntas «trampas» electorales, generando preocupación sobre su posible rechazo del resultado si pierde ante la demócrata Kamala Harris, como ocurrió en 2020. Trump afirmó que en Pensilvania, un estado clave, hay «trampas a una escala nunca vista», y mencionó «cosas muy feas» en redes sociales, exigiendo que la policía actúe de inmediato.
El viernes pasado, autoridades judiciales de un condado de Pensilvania iniciaron una investigación sobre 2,500 solicitudes de inscripción electoral con datos de identidad incorrectos, mientras que otros condados también están llevando a cabo verificaciones similares, según reportes de la prensa local.
En un acto en Carolina del Norte, el expresidente y candidato republicano Donald Trump, de 78 años, criticó el sistema de votación extendida y comentó que “si Dios bajara a supervisar” el conteo, podría incluso ganar en California, un bastión demócrata. “Me va muy bien con los hispanos, creo que ganaría”, dijo, volviendo a cargar contra la prensa al afirmar que hace falta “una prensa honesta y respetada”.
Kamala Harris, quien también estuvo en Carolina del Norte, destacó la importancia de la democracia y lanzó un mensaje de unidad. “A diferencia de Donald Trump, no veo a quienes no coinciden conmigo como enemigos. Él quiere encarcelarlos; yo quiero darles un lugar en la mesa», dijo la exfiscal, reiterando su compromiso de “poner al país por encima del partido”, un mensaje que luego repitió en Pensilvania.
La polémica de Biden, una ventaja para Trump
La campaña de Harris se ha visto afectada por un comentario de Joe Biden, quien en una videollamada con Voto Latino calificó de «basura» a los seguidores de Trump, generando una fuerte reacción política. Biden hablaba sobre la controversia luego de que un partidario de Trump en Nueva York comparara a Puerto Rico con una “isla de basura flotante”. Biden respondió: “La única basura flotante que veo son sus seguidores», y agregó que esta “demonización de los latinos es inconcebible y antiestadounidense”.
Biden intentó matizar la situación en X (antes Twitter), diciendo que su comentario apuntaba a la retórica contra Puerto Rico, pero el daño ya estaba hecho. Trump aprovechó el desliz en su discurso en Carolina del Norte: “Joe Biden finalmente dijo lo que él y Kamala realmente piensan de nuestros seguidores. Los llamó basura», afirmó, enfatizando que sus partidarios representan “el corazón y el alma” de Estados Unidos.
Ademas lo comparó con cuando Hillary Clinton, su rival por la presidencia en 2016, afirmó que la mitad de los seguidores del republicano eran «lamentables». «Nos han llamado intolerantes racistas, deplorables fascistas, irredimibles, nazis, y a mí me han llamado Hitler», se quejó Trump. Para Harris es una piedra en el zapato justo cuando intenta por todos los medios atraer el voto de los republicanos descontentos con la retórica antimigrante de Trump y su enfoque de la democracia.
«Permítanme ser clara, estoy en desacuerdo con cualquier crítica a las personas basada en por quién votan«, declaró la vicepresidenta, que sumó un artista más a su lista de apoyos: el actor y exgobernador republicano de California, Arnold Schwarzenegger. El miércoles ambos candidatos viajarán a Wisconsin, a más de 1.200 km de Carolina del Norte. Trump estará acompañado en el escenario por Brett Favre, antigua estrella del equipo local de fútbol americano.
