El arresto de Marius Høiby es el último de una serie de escándalos que afectan a la familia real noruega, después de que fuera arrestado por primera vez en agosto bajo sospecha de agresión contra su novia, que fue hospitalizada.
La policía noruega arrestó a Marius Borg Høiby, hijo de la princesa heredera Mette-Marit, bajo la acusación de violación. Según los investigadores, el caso involucra «un acto sexual sin coito» en el que la víctima «no pudo resistirse al acto».
Marius, de 27 años, es hijo de una relación previa de Mette-Marit antes de casarse con el príncipe heredero Haakon de Noruega. Aunque fue criado junto a sus hermanastros, la princesa Ingrid Alexandra y el príncipe Sverre Magnus, no ocupa un rol público dentro de la familia real.
Apodado por la prensa noruega como la «oveja negra» de la realeza, Marius negó categóricamente las acusaciones mediante un comunicado emitido por su abogado. El caso ha generado gran controversia en el país, afectando la imagen de la futura reina consorte.

El arresto por violación se produce sólo unos meses después de que Marius fuera acusado de lesiones corporales tras una pelea nocturna el 4 de agosto en el apartamento de Oslo de una mujer con la que mantenía una relación.
Los medios de comunicación noruegos informaron que la policía encontró un cuchillo clavado en una de las paredes del dormitorio de la mujer en ese momento. La denunciante, Rebecca Helberg Arntsen, fuera hospitalizada con heridas tras el ataque.
Una semana después de su arresto, Høiby admitió haber agredido a Rebecca, a quien se refirió como su «novia».

Su propio abogado, dijo que Marius sufre «varios trastornos mentales» y que ha «luchado con el abuso de sustancias durante mucho tiempo«, por lo que dijo que está reanudando el tratamiento.
«El consumo de drogas y mis diagnósticos no justifican lo que ocurrió», reconoció el joven, que fue detenido nuevamente en septiembre por violar una orden judicial de restricción contra su ex novia.
El príncipe Haakon, padrastro de Marius y futuro rey de Noruega, dijo a la cadena NRK que ahora se debería «dar espacio a la policía y al sistema legal para que hagan su trabajo», y que «confía» en que se hará de «buena manera».
